miércoles, 13 de agosto de 2008

JUSTIFICACION II



Ya he dicho que nadie lee blogs ajenos si no es para que lean el suyo (principio de reciprocidad bloogera). Yo no leo blogs ajenos con regularidad (no me gusta la adulación gratuita ni el halago por interés). Conclusión: nadie va a leer mi blog. Entonces… ¿qué hago aquí escribiendo? Pues… ocupar parte de mi tiempo en una actividad que me haga pensar un rato. Esto es un desahogo personal, un ejercicio de contar, de expresarme, de mostrar “mi otro yo” (el que queda oculto para quienes me conocen en la vida real, pero de esto ya hablaré otro día); y finalmente es un estímulo, necesito explicarme, entrenar la mente, ejercitar las neuronas, como el que necesita hacer deporte todos los días.

De acuerdo, para eso no hace falta abrir un blog, puedo hacer esto mismo en un cuaderno, tipo “querido diario…”; de hecho, tengo mi cuaderno -tamaño cuartilla, que cabe en el bolso- en el que voy apuntando cosas, copiando frases del libro que estoy leyendo en cada momento, porque me gustan, me sugieren o me llaman la atención; también anoto palabras que no conozco o que creía que se escribían de otra forma, para buscarlas en la página de la RAE; ideas que me asaltan para después desarrollarlas aquí, alguna rima, en fin, “mis devaneos”. El cuadernito de marras no está escondido, pero tampoco lo dejo en cualquier sitio; si alguien tuviese interés lo podría leer, pero creo que no despierta tanta curiosidad, y además, no creo que lo entendiesen, seguramente parecerá absurdo. Me gusta escribir en papel, deslizar el bolígrafo, moverlo, intentar hacer buena letra… Sí, me gusta. Por eso copio, copio muchas cosas. Pero para desarrollar ideas me desenvuelvo mucho mejor con la tecla; disfruto pulsando, borrando, leyendo, repasando, cambiando una frase, una palabra, buscando un sinónimo, pongo una coma, no, mejor un punto y coma, vuelvo a cambiar el párrafo…

Sí, es cierto, tampoco eso justifica que abra un blog; puedo escribir en el ordenador y guardar el documento, sin necesidad de hacerlo público. Pero… me resulta tan excitante pensar que alguien pueda leerlo; por supuesto, alguien ajeno a mí, extraño, que no me conozca previamente (decididamente, tengo un punto de exhibicionista). Lo que en realidad me da morbo es pensar que, sin decirle a nadie que he abierto un blog, alguien va a entrar, y lo va a leer ¿qué pensará? ¿qué idea se formará de mí? ¿dejará un comentario o me mandará un correo electrónico? (esto debe ser vanidad ¿no? ya tengo tema para desarrollar otro rato)

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