miércoles, 8 de octubre de 2008

LEYENDA URBANA



Aprovechando que se había cambiado de piso, mi prima Pili nos invitó este año, a todas las primas (ocho mujeres de la misma familia), a cenar a su casa. ¿Qué se le regala a alguien que estrena casa? una planta, que es muy decorativa y contribuye a crear hogar. Le llevé una maceta con varias drácenas (unas plantas parecidas a palmeras) de diferentes alturas.

Cenamos, bebimos, nos reímos, hablamos mucho, seguimos bebiendo, nos reímos más, nos enseñamos los sujetadores, la ropa nueva, otro trago (uy, otra copa, que queda mucho más fino), conversaciones de sexo, más risas, más bebida… Bueno, terminamos la noche muy animadas, y nos despedimos hasta la próxima (a ver si no tardamos un año en volver a juntarnos, lo mismo de siempre…).

Al día siguiente, a las once y media de la noche, me sonó el teléfono ¡vaya susto! Era mi prima…

  • Prima... perdona que te moleste tan tarde, pero ¿cómo se llama la planta que me trajiste ayer? ¿un tronco de Brasil?
  • No… es una drácena (léase con tono de pensar: ¿y para eso me llamas a estas horas?)
  • Es que… esta tarde, estaba sentada en el sofá, y he empezado a oír un ruidito extraño… y de repente, me he acordado de que una vez me contaron que los troncos del Brasil, y otras plantas tropicales, como vienen de la selva, muchas veces tienen depositados en sus hojas diminutos huevos de araña, de tarántula… Y ese ruidito era como de huevos que se abren…
  • (Silencio en mi lado del teléfono. No daba crédito. Como dice Fito, mis ojos como el Coyote cuando ve al Correcaminos)
  • Y, claro, con mi aracnofobia… lo estoy pasando muy mal, tenía que preguntarte.
  • Pili, yo tengo una planta igual que la tuya en mi casa, hace más de seis años, y todavía no he visto ninguna araña, ni tarántula ni viuda negra, ni nada.
  • Ah… ¿tú la tienes? ¿y no has notado nada?
  • No, nada de nada. Pero si te vas a quedar más tranquila, sácala a la terraza.
  • Sí, sí… y mañana iré a una floristería de unos amigos, a preguntar ¿cómo has dicho que se llama la planta?
  • Drácena.
  • Vale, perdona por llamar tan tarde, pero es que estaba muy nerviosa…

Nunca hubiese pensado que nadie se creyera estas cosas... leyendas urbanas... Pero, pensándolo bien, no sé de qué me extraño, si mi prima Pili todavía cree en el Príncipe Azul... a sus 48 años. ¿Ignorante? ¿Cándida?

2 comentarios:

Las Cosquillas del Lobo dijo...

No subestimes el miedo. Nunca lo creas estúpido porque no lo compartas.
El miedo es una forma de imaginar. E imaginar es bueno.
Tal vez no haya rañas ni príncipes azules, pero mientras, lo bien que lo pasa?

descalza dijo...

¿He hablado de estupidez? Más bien de candidez e inocencia. De todas formas, te contesto más extensamente en cuanto pueda. Un saludo.